por que cuesta hablar de infertilidad

¿Por qué cuesta tanto hablar de infertilidad en el siglo XXI?

Por el Comité Editorial Fertty

A pesar de ser un tema cada vez más frecuente y común en nuestra sociedad y que cada vez está más presente en muchas de nuestras conversaciones cotidianas, la reproducción asistida sigue siendo un tema del que muchas personas prefieren no hablar, algo que prefieren ocultar o solo compartir con su círculo más cercano o familiar.  Pero, ¿Por qué cuesta tanto hablar de infertilidad en el siglo XXI?

Según los datos publicados por Sociedad Española de Fertilidad (SEF), solo en España, más de 600.000 parejas tienen actualmente problemas de infertilidad.

Es cierto que, en base a nuestro modelo de sociedad actual, los motivos laborales o la falta de tiempo para planificar el momento adecuado para buscar el embarazo, o incluso problemas medioambientales son problemas frecuentes que hacen de la medicina reproductiva un servicio cada vez más demandado en nuestros días.

En este sentido, a pesar de que la ciencia evoluciona a una velocidad de vértigo, muchas veces este cambio no acompaña en nuestra sociedad. Es por ello, que nunca debemos olvidar que la medicina reproductiva tiene como único objetivo ayudar a todas las mujeres y parejas que de forma natural no pueden concebir a cumplir sus sueños y conseguir el ansiado embarazo.

¿Por qué a mí?, ¿qué hemos hecho mal?, ¿por qué a nosotros?

A pesar de no ser algo fácil de asumir, algo que puede no resultar cómodo de explicar, no hay ningún motivo para avergonzarse de ello. De hecho, desde hace ya algunos años, la Organización Mundial de la Salud reconoce la infertilidad como una enfermedad, hecho que ayuda a normalizar todavía más esta situación.

Pero, ¿por qué a veces no resulta sencillo? Probablemente la culpa la tenga nuestra propia sociedad. Si pensamos cómo era hace 30 años, parece que el papel de la mujer estaba destinado a la crianza, pero, por suerte, cada vez las mujeres tienen un papel más protagonista, son valientes, fuertes, líderes, deciden cuando es el momento en el que quieren ser madres, o serlo incluso sin pareja.

Por otro lado, en el caso del factor masculino, todavía existe un estigma asociado a la relación entre masculinidad y fertilidad.

Además, debemos añadir que, a día de hoy, todavía existe un elevado grado de desinformación respecto a los tratamientos, sobre la información para las mujeres que desean retrasar el momento de la maternidad, o incluso sobre cómo se vive todo el proceso a nivel emocional.

Aunque es cierto que nadie dice que sea fácil asumir un problema de este tipo, informarse, hablar con los propios especialistas, dejarse asesorar por las unidades de apoyo psicológico y perder el miedo a preguntar, son los primeros pasos para normalizar la situación y aceptar que pese a tener un problema, tenemos la solución.

Como hemos mencionado al principio del artículo y aunque se trata de un tema cada vez más normalizado y a la orden del día…aún queda un largo camino por recorrer.

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