¡Di adiós al estrés! Consejos para que el estrés no afecte a nuestra fertilidad

Para muchos de nosotros el estrés es algo normal, con lo que lidiamos en nuestro día a día. El factor principal es que cada vez queremos abarcar más cosas y no renunciar a nada: trabajo, estudios, familia, deporte, amigos, cultura, redes…

Esto hace que, por un lado, cada vez vivamos a un ritmo más rápido, en una constante carrera desde que suena el despertador por la mañana hasta que volvemos a casa por la noche. Y, por otro, que haya más factores que puedan fallar y desencadenar un pico de ansiedad o estrés.

Sin embargo, no podemos obviar que el estrés nos afecta. Y aunque la forma de gestionarlo y canalizarlo difiere mucho según la persona, siempre nos afecta negativamente. De hecho, hoy en día es el causante de una gran cantidad de bajas laborales.

Por ello hoy nos gustaría detenernos y hablar sobre la relación entre el estrés y el embarazo.

¿Existe una relación entre el estrés y la fertilidad?

No existe una evidencia científica clara sobre la relación entre el estrés y la fertilidad. Esto es debido a que el nivel de estrés es una condición muy difícil de medir con datos objetivos. Aun así, los datos que tenemos sugieren que el estrés puede afectar a la función reproductiva tanto de la mujer como del hombre.

El estrés es una reacción natural y adaptativa de nuestro cuerpo ante una situación que requiere máxima alerta. En estas situaciones nuestro organismo se ve obligado a segregar grandes cantidades de hormonas activadoras (como la adrenalina o el cortisol) que afectan al funcionamiento habitual de nuestro organismo, priorizando la respuesta a ese estímulo.

El problema aparece cuando esta situación desafiante permanece de forma continuada en el tiempo, que es lo que ocurre a menudo en las sociedades actuales. Entonces esta reacción pasa a ser desadaptativa generando una sensación de no confort emocional en la persona que lo sufre.

Además, la activación constante de los sistemas de alerta (sobre todo a nivel endocrinológico/hormonal) acaba afectando al normal funcionamiento de nuestro cuerpo, tanto a las mujeres como a los hombres. Y esto al final tiene consecuencias para la reproducción.

En el caso de la mujer, elevados niveles de estrés se han relacionado con alteraciones hormonales que, a su vez, se relacionan con ciclos menstruales irregulares, anovulación e incluso la supresión del ciclo menstrual.

Respecto a su influencia en la fertilidad masculina,parece que el estrés está relacionado con una producción de semen menor y de peor calidad.

Tampoco debemos olvidar que el estrés puede causar problemas de fertilidad por otros mecanismos indirectos: influencia en las relaciones de pareja, cambios en las conductas alimenticias, alteraciones de sueño, etc.

La importancia del estrés en los tratamientos de reproducción asistida

Como hemos comentado en otras ocasiones, el aspecto psicológico es fundamental a la hora de afrontar un tratamiento de reproducción asistida.

Al margen de los efectos que el estrés pueda suponer para nuestra salud general y reproductiva, los niveles de estrés basales (fuera del tratamiento) van a influenciar en cómo afrontemos psicológicamente el tratamiento de reproducción asistida. Estudios científicos abalan que aproximadamente 1 de cada 3 pacientes que acude a las clínicas de fertilidad presenta niveles de estrés elevados.

Además, durante el tratamiento de reproducción asistida y debido a la gran ilusión depositada en el mismo y al miedo al fracaso, este nivel de estrés basal suele aumentar.  Estudios científicos hablan de que el nivel de estrés que sufren las parejas que van a someterse a un tratamiento de fertilidad es alto, detectándose hasta en un 30% de los casos signos de ansiedad o depresión.

Todo esto puede afectar negativamente en cómo afrontamos el tratamiento. Para estas situaciones, en Fertty contamos con una Unidad de Apoyo Psicológico especializada en la gestión de los tratamientos de reproducción asistida que os ayudará y acompañará en todo momento para ayudaros a canalizar y gestionar todas estas situaciones. Se sabe que el estrés es una de las razones principales de abandono de los tratamientos de fertilidad.

¿Cómo debo afrontar un tratamiento de reproducción asistida?

Está claro que cada persona es un mundo y es difícil poder dar respuesta general a esta pregunta. Las emociones y los sentimientos en relación con el tratamiento dependen del carácter individual, de la situación personal, de los tratamientos previos, etc.

No obstante, sí es importante tener en cuenta algunos conceptos que nos pueden ayudar a disminuir el estrés de cara al inicio del tratamiento.

  • Aceptar la situación. No poder lograr el embarazo de forma natural es algo que nunca nos imaginamos y genera mucha frustración. Pero debemos aceptarlo y pensar que, por suerte,existen alternativas y especialistas que nos van a ayudar a lograr nuestro embarazo.

 

  • La información te dará tranquilidad. La reproducción asistida es un mundo totalmente nuevo para la mayoría de los pacientes. Conocer y entender los procesos y tratamientos a los que nos vamos a someter te ayudará a estar más calmado. Nunca te quedes con las dudas; los profesionales estamos para ayudaros en todo momento.

 

  • Planifica tu maternidad. Los tratamientos de fertilidad te permiten decidir cuando es tu momento. Siempre debes consensuarlo con el especialista pero, por lo general, buscará un momento que para ti sea oportuno. La elección de dicho momento puede ser por necesidades laborales/personales o, simplemente, porque necesitas hacer un pequeño alto en el camino, asimilar toda la información y comenzar cuando te veas con fuerzas.

 

  • Buscar mecanismos de gestión del estrés. Te recomendamos buscar maneras para canalizar toda esta tensión. Cada persona puede tener los suyos: deporte aeróbico, mindfulness, yoga, acupuntura, acompañamiento tipo coaching… En Fertty, disponemos de algunos de estos servicios, porque quedemos ayudarte en todos los aspectos de tu tratamiento de fertilidad: Unidad de Coaching, Unidad de acupuntura.

 

  • Habla del tema. Siempre que lo necesites expresa tus inquietudes a tus amigos, pareja o a otras mujeres que hayan pasado por circunstancias similares. Expresarnos, a menudo, nos ayuda a relativizar y ordenar nuestras ideas.
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