Transferencia de embriones: ¿Por qué es mejor transferir solo uno?

De unos pocos años a este parte, la investigación en reproducción asistida ha dado un salto cualitativo realmente increíble. La investigación cada vez nos permite perfeccionar los tratamientos y conseguir cada vez mejores tasas de éxito, igual que gracias a la labor de investigación que desarrollamos en las clínicas, ahora es posible preservar la fertilidad o que dos mujeres sean madres compartiendo la maternidad.

En este sentido, una de las grandes apuestas de la investigación en Medicina Reproductiva se centra en perfeccionar la selección de los embriones que serán transferidos al útero de la paciente.

Por un lado, el objetivo de la reproducción asistida ya no es solo ayudar a los pacientes a lograr el embarazo, sino que el niño nazca sano y no exista ningún riesgo ni para el bebé ni para la futura mamá.

Seguro que os habéis cruzado por la calle a una pareja con un carrito y dos bebés en muchas ocasiones. Aunque no siempre es así, es cierto que solía asociarse este hecho a bebés nacidos gracias a la reproducción asistida.

Es importante saber que los embarazos múltiples acarrean un importante grado de riesgo, tanto para la madre por el riesgo de aborto y complicaciones propias del embarazo o parto, y para los bebés, por ejemplo, el nacimiento prematuro.

¿Cómo se selecciona el embrión mejor capacitado para transferirlo a la paciente?

 

Como sabéis, en los tratamientos de fecundación in Vitro (FIV), obtenemos los embriones después de fecundar los óvulos que hemos extraído de la paciente con una muestra de semen de su pareja, en caso de tenerla, o de una muestra de semen de un donante en caso contrario.

Cuando estos embriones llegan a su 5º o 6º días de desarrollo alcanzan el estado de blastocisto.

Es en este momento cuando nuestros embriólogos seleccionan a los mejores embriones para transferirlos al útero materno, para congelarlos o, como es en este caso, para realizar la biopsia para realizar un Screening Genético Preimplantacional (PGT-A) que nos permita seleccionar solo el embrión mejor cualificado.

Para realizar este análisis genético de los embriones, como hemos mencionado, es necesario realizar una pequeña biopsia de los mismos. Es decir, se extrae una pequeña cantidad de material (una o varias células) para realizar el estudio genético sin que ello comprometa el desarrollo posterior del embrión.

De esta manera, estudiamos el ADN de los embriones para seleccionar solo aquellos que tengan una carga genética correcta y equilibrada, puesto que algunas anomalías cromosómicas comprometen la viabilidad del embrión (riesgo de que no implante o se produzca un aborto), así como pueden dar lugar a una enfermedad genética en el futuro bebé.

¿Por qué es recomendable transferir solo un embrión?

La transferencia de un único embrión, SET por sus siglas en inglés (Single EmbryoTranfer), es algo en lo que cada vez está más de acuerdo la comunidad científica.

Igual que el análisis genético de los embriones aumenta las posibilidades de embarazo, disminuye las del aborto y permite el desarrollo de un niño sano, con la transferencia de un único embrión, previamente seleccionado, se reducen, además, los embarazos múltiples y todos los riesgos asociados para el bebé y la futura madre.

Cuando hacemos referencia a la salud del bebé en un embarazo múltiple, entre los riesgos asociados encontramos el nacimiento prematuro, posibilidad de nacimiento con defectos congénitos, un peso muy bajo en el momento del nacimiento e, incluso, un desarrollo más lento dentro de la cavidad uterina durante el embarazo.

En el caso de las pacientes, ante todo existe un riesgo elevado de que se produzca un parto prematuro y sea necesaria una cesárea, un aumento de tensión hasta niveles que pueden perjudicar la propia salud de la mujer y un alto riesgo de hemorragias post parto.

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