Tiroides y fertilidad

Alteraciones en la tiroides y su relación con la fertilidad

Por el Comité Editorial Fertty

Las alteraciones en la tiroides  afecta entre un 1% y un 4% de la población general, y es hasta  diez veces más frecuente en las mujeres.

Pero, ¿qué es la tiroides?

La tiroides es una glándula con forma de mariposa que se sitúa en la base del cuello delante de la tráquea. Su función es producir, almacenar y liberar las hormonas tiroideas: tiroxina (T4) y triyodotironina (T3). Estas hormonas se encargan de regular el metabolismo y actúan sobre todos los órganos del cuerpo contribuyendo a su normal funcionamiento.

La producción y liberación de las hormonas tiroideas es controlada por la hormona estimulante de la tiroides (TSH, por sus siglas en inglés), que se produce en la glándula pituitaria en el cerebro. Existen trastornos que causan que la tiroides libere más o menos hormonas. Tanto si hay un exceso de hormonas tiroideas (hipertiroidismo) como un defecto en su producción (hipotiroidismo), se producirá un desequilibrio metabólico. En el primer caso el ritmo metabólico se acelerará y en el segundo se ralentizará.

Y, ¿cómo afectan las hormonas tiroideas a la fertilidad?

Un mal funcionamiento de la tiroides es una de las causas más frecuentes de infertilidad, de hecho es lo primero que se analiza en caso de presentar problemas de fertilidad. Las hormonas tiroideas actúan sobre todos los órganos del cuerpo, incluido el sistema reproductor femenino. Estas hormonas interactúan con las hormonas sexuales femeninas: los estrógenos y la progesterona. Por lo tanto, alteraciones en la tiroides producirán un desequilibrio de las hormonas reproductivas y como consecuencia, una alteración en los procesos regulados por estas. Las hormonas tiroideas están involucradas en casi todas las fases de reproducción. Por tanto, cuando la función de la tiroides está alterada, conseguir un embarazo exitoso se convierte en una complicada tarea.

En situaciones de hipotiroidismo, la glándula tiroides no produce suficiente tiroxina, afectando al metabolismo de las hormonas sexuales femeninas y de las proteínas que las transportan (SHBG). Como consecuencia, también se ven afectadas las hormonas que regulan la ovulación (LH y FSH), dando lugar a alteraciones en la menstruación y problemas de fertilidad. Por otra parte, algunas de las causas del hipotiroidismo, como determinados trastornos autoinmunes o de la hipófisis, también pueden afectar a la fertilidad. En general, un tratamiento con tiroxina puede revertir estos procesos. Sin embargo, si el tratamiento no consigue estabilizar el equilibrio hormonal correctamente, será necesario un tratamiento de fertilidad.

El hipertiroidismo también está asociado a la infertilidad. Afecta a los ciclos menstruales, que suelen ser irregulares o incluso producirse la ausencia total de estos. Los altos niveles de hormonas tiroideas aumentan los niveles de estradiol, de la proteína SHBG, y de la hormona luteinizante (LH).

Tanto en el caso de hipotiroidismo como de hipertiroidismo, los embarazos son de alto riesgo para la madre y para el bebé, siendo los abortos más frecuentes en pacientes con hipotiroidismo.

¿Las alteraciones en la tiroides afectan a la fertilidad masculina?

La fertilidad femenina no es la única que puede verse afectada  por un mal funcionamiento de la glándula tiroides: la fertilidad masculina también. Tanto el hipotiroidismo como el hipertiroidismo intervienen en la maduración de los espermatozoides; mientras que el hipotiroidismo, además de cambios en la morfología de los espermatozoides, también puede provocar una disminución de la libido y disfunción eréctil.

Si sufres de tiroides y no logras quedarte embarazada, no dudes en ponerte en manos de un profesional para que pueda determinar el mejor tratamiento según tu situación.

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